Es preferible personas sobrias que tienen de más a
pesar de ser pobres, que personas derrochadoras que
son ric as pero están insatisfechas. Las personas de
talento que trabajan mucho y se vuelven blanco del
resentimiento no pueden compararse con las ineptas
que viven tranquilamente y conservan íntegra su
verdadera naturaleza.
Quienes leen libros pero no ven la sabiduría de los
sabios son esclavos de la letra. Quienes trabajan en
oficinas públicas y no aman a la gente son ladrones
que roban el salario. Quienes enseñan pero no
practican lo que enseñan son meros charlatanes.
Quienes intentan hacer un trabajo con éxito sin
considerar el desarrollo del carácter lo encontrarán sin
sustancia.
En la mente humana existe un verdadero libro,
pero está cerrado en ediciones fragmentadas. Existe
una melodía real, pero está oscurecida por canciones
ruidosas y danzas ostentosas. Los estudiantes deberían
eliminar los accesorios y buscar directamente lo
esencial; sólo entonces serán capaces de
experimentarlo y servirse de ello.
En la mente comprometida que se esfuerza con
pesar, siempre se encuentra alguna alegría. La pena de
la decepción emerge en la complacencia de la
satisfacción.
La riqueza, la posición social, el honor y la
alabanza que provienen de las cualidades de la
iluminación son como flores serranas, que brotan y
florecen de manera natural. Los que provienen de las
realizaciones profesionales son como flores en tiestos,
que son trasladadas de lugar, cortadas y trasplantadas.
Los que proceden de un poder pasajero son como
flores en jarrones, sin raíces, que se marchitan
rápidamente.
Cuando llega la primavera y el tiempo se hace
cálido, las flores embellecen el paisaje y los pájaros
gorjean placenteramente. Si las personas que son
suficientemente afortunadas para obtener puestos
oficiales, estar bien alimentadas y tener buenas casas,
no se preocupan en asentar una sólida cultura y no
realizan buenas obras, aunque vivan cien años, es
como si no hubieran vivido en absoluto.
Las personas instruidas han de ser esforzadas y
diligentes, pero han de ser también libres de espíritu.
Si son demasiado rigurosas y austeras, tienen la
cualidad de tratar con la muerte como el otoño, pero
carecen de la cualidad de dar la vida como la
primavera. ¿Cómo pueden así hacer evolucionar a la
gente?
Quienes son realmente virtuosos no son conocidos
por su virtud. Quienes se crean dicha reputación lo
hacen por motivos egoístas. Quienes son realmente
habilidosos no emplean recursos artificiosos. Quienes
emplean recursos artificiosos son ineptos por hacerlo.
Existe un tipo de vasija que se vuelca cuando está
llena. Una hucha-cerdito no se rompe mientras está
vacía. Así, para las personas iluminadas. es mejor
morar en el no ser que en el ser, mejor carecer que
estar repletas.
Mientras que una persona no se haya liberado del
deseo de celebridad, incluso si desprecia el principado
y se contenta con la pobreza, todavía es prisionera de
los sentidos. Mientras que uno no se despoje del
aventurerismo impulsivo, aunque se ayude al pais, se
trata simplemente de una hazaña.
Si la mente está iluminada, existe un cielo azul en
una habitación oscura. Si los pensamientos están
confusos, aparecen espíritus malévolos a plena luz del
día.
Las personas que conocen la fama y la celebridad,
están encantadas, pero desconocen que el placer del
anonimato es más real. Las personas saben que el
hambre y el frío causan aflicción, pero no saben que es
mucho mayor la desgracia que supone no
experimentar el hambre y el frío.
Si temes que la gente sepa que has hecho algo malo,
hay algo bueno en lo malo. Si estás ansioso porque la
gente sepa que has hecho algo bueno, entonces hay
algo malo en lo bueno.
Las acciones del cielo son insondables, a veces
alentadoras, y a veces obstaculizadoras. Las proezas y
los fallos de los héroes son igualmente grandes. Las
personas iluminadas saben cómo aceptar la adversidad
y están preparadas para las dificultades incluso en los
momentos en que todo es fácil; por ello, no están a
merced del destino.
Quienes son ásperos y agresivos, son como fuego
que quema todo lo que toca. Quienes son
desagradecidos, son como hielo que congela cuanto
encuentra. Quienes son obsesivos e irreflexivos, son
como agua estancada o madera podrida, vacias ya de
vida. Estos tres tipos de personas tienen dificultades en
realizar sus tareas y en expandir el bienestar.
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