Estos consejos de Bill Gates están sacados de las citas de diversas charlas realizadas por el multimillonario creador de Windows. Un hombre que consiguió un imperio empresarial empezando desde la nada.
"La vida no es justa. Acostúmbrate a ello."
Este es el primer consejo que Bill Gates dio a una clase de niños. Les advirtió sobre el desfase entre el sistema educativo y la vida real. Cuando en muchas escuelas ya no se dan sobresalientes ni suspensos, y se da a los alumnos cuantas oportunidades necesiten para que acaben aprendiendo, el mundo del trabajo no es nada parecido. Otra cita sacada de la misma charla es: "si piensas que tu profesor es duro contigo, espérate a conocer a tu jefe".
"Preparar hamburguesas no es un trabajo indigno de ti. Tus abuelos tenían otra palabra para preparar hamburguesas: lo llamaban una oportunidad."
Es otra cita sacada de su charla a unos niños. Va más allá del primer consejo, avisándoles que en la vida hay que aprovechar las oportunidades, y que un trabajo que en un principio puede parecer malo, nos puede dar la posibilidad de conseguir otros objetivos (estudiar en la universidad, ahorrar para lanzar un negocio, etc.).
"El éxito es un pésimo consejero. Hace creer a la gente inteligente que no pueden perder."
Es un consejo bastante común entre las personas exitosas, y una advertencia para todos nosotros. Roger Federer, el famoso tenista, declaró hace unos años después de una racha de victorias sin precedentes que acabó con una derrota contra un rival muy asequible: “en algún momento, llegué a pensar que era invencible”.
El ser humano tiende a engañarse y confundir las señales. Igual que el no tener éxito no significa que nunca lo vayamos a alcanzar y nos lleva a perseverar y buscar otras alternativas, llegar a lograr algo no nos debe hacer olvidar que para mantenerse hay que seguir trabajando y explorando las posibilidades.
"Tus clientes más insatisfechos son tu mejor fuente de aprendizaje."
Es una gran verdad de la actividad empresarial. En regla general, el cliente satisfecho compra y no dice nada más. Puede que algún aspecto de nuestro producto o servicio no le haya gustado tanto pero no lo expresa. Por lo tanto no tenemos retroalimentación.
El cliente insatisfecho en cambio no dudará en comentar todos los motivos de su decepción. Por eso es tan importante escucharle y analizar cada uno de sus argumentos. Algunos empresarios se buscan excusas y desprecian estos comentarios, y es un error grave, porque las empresas viven de los clientes. Cada crítica es en realidad una oportunidad para entender lo que está fallando y mejorar.
"Si no puedes hacer que sea bueno, al menos hazlo parecer bueno."
Esta frase parece sacada de la historia de Microsoft, que con un producto bastante peor que lo que ofrecía la competencia consiguió llevarse la inmensa mayoría del mercado de los sistemas operativos. Lo más importante es tener un buen producto, pero no solo tiene que serlo. Tiene que parecerlo.
Estamos hablando de la imagen de marca, y de lo importante que es para vender. Sin embargo, aunque nos esforcemos en hacer parecer bueno un producto que no lo es, a medio largo plazo tendremos un problema, porque los consumidores no son tontos y nos acabarán dando la espalda.
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